Aunque la mayoría de los estudios se han centrado en las
consecuencias asociadas a la decisión de tener el hijo,
sobregeneralizándolas a veces como "consecuencias del embarazo", en este
trataremos también las consecuencias asociadas a la decisión de abortar.
Consecuencias asociadas a la decisión de tener el hijo:
Si decide quedarse con el hijo, puede estar expuesta a diversas
consecuencias orgánicas, psicológicas, sociales, económicas y
educativas. Además, tiene grandes posibilidades de quedarse, en un corto
período de tiempo, nuevamente embarazada.
Consecuencias orgánicas:
Durante la gestación, el parto y el postparto son mucho más probables toda una de problemas orgánicos que pueden afectar notablemente a la y al hijo. Esto ha motivado que los embarazos en la adolescencia hayan sido considerados de alto riesgo por la Organización
de la Salud. Durante la gestación son más frecuentes las anemias, las
alteraciones de peso, el crecimiento uterino inferior a lo normal y los
abortos espontáneos.
Las complicaciones durante el parto y el postparto son también muy
importantes. La tasa de mortalidad es también más elevada. Por encima de
esta edad, parecen ser mucho más relevantes diversos factores de tipo
psicológico y social. Entre los factores psicológicos destaca el
inadecuado y escaso o nulo
prenatal que suelen tener estas madres. Este escaso cuidado prenatal
parece estar motivado, entre otras cosas, por el hecho de que
aproximadamente el 80% de estos embarazos no son deseados, lo que
favorece la tendencia a ocultarlos, y por los malos hábitos de salud que
suelen tener estas madres. Respecto a los factores de tipo social, el
fundamental sería el bajo estatus socioeconómico y sociocultural que
suelen tener estas chicas.
Consecuencias psicológicas:
"La madre adolescente es en cierto sentido una niña, que de
pronto se ve arrojada al mundo adulto sin estar preparada para ello".
Esta nueva situación lleva a la adolescente a gran cantidad de problemas
psicológicos, ya que la aceptación de ser madre o del matrimonio son
grandes pasos para los que no está preparada. Esto hace que se sienta
frustrada en sus expectativas de futuro. Algunos autores llegan a
afirmar que el embarazo en la adolescencia supone el inicio de un
"síndrome del fracaso", ya que la adolescente suele fracasar en el logro
de las metas evolutivas de la adolescencia, en terminar su educación,
en limitar el tamaño de su familia, en establecer una vocación y
conseguir ser independiente.
Esta situación tal vez explique la baja eficacia personal
percibida en estas madres y la mayor incidencia de baja autoestima,
estrés, depresión, e incluso, de suicidios, todos ellos problemas muchos
más frecuentes entre las adolescentes embarazadas que entre sus
compañeras no embarazadas. No obstante, no podemos estar plenamente
seguros de que estos problemas psicológicos sean consecuencias del
embarazo. Tal vez sean causas, o causas y consecuencias a la vez. O
puede, incluso, que no sean ninguna de las dos cosas y que exista alguna
otra tercera variable a la que se deban estas asociaciones.

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